En la actualidad, más del 20% de las personas que superan los 60 años de edad sufren de algún trastorno mental, dónde los trastornos neuropsiquiátricos, como la demencia y la depresión, representan el 6,6% de la discapacidad total de este grupo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Factores de riesgo
A lo largo de la vida, las personas están expuestas a múltiples factores sociales, psíquicos y biológicos que determinan su salud mental. En el caso de los adultos mayores, en esta etapa afrontan situaciones como el dolor por la muerte de un ser querido, un descenso del nivel socioeconómico como consecuencia de pensionarse o por su discapacidad, entre otras. Estas situaciones, también, pueden ocasionarles aislamiento, pérdida de la independencia, soledad y angustia.
La Demencia
La O.M.S. define la demencia cómo un síndrome que se caracteriza por la mengua de la memoria y la capacidad de pensar, trastornos del comportamiento e incapacidad para realizar las actividades de la vida cotidiana. Esta afecta principalmente a los ancianos, pero no es una parte normal de la vejez.
Se estima que en el mundo unos 47,5 millones de personas padecen demencia. Esta enfermedad está relacionada con problemas sociales y económicos con los que el adulto mayor y/o su familia deben lidiar.
Un diagnóstico temprano de la demencia puede retrasar la enfermedad y sus efectos, de ahí que es sumamente importante que los familiares o personas cercanas al paciente sepan identificar estos signos.
Según la OMS, los signos y síntomas de la demencia tienen tres etapas:
Etapa Temprana: a menudo pasa desapercibida debido a que es lenta y gradual. Los síntomas más comunes incluyen:
- Tendencia al olvido
- Pérdida de la noción del tiempo
- Desubicación espacial, incluso en lugares conocidos
Etapa Intermedia: a medida que la demencia evoluciona hacia la etapa intermedia, los signos y síntomas se vuelven más evidentes y más limitadores. En esta etapa las personas afectadas:
- Empiezan a olvidar acontecimientos recientes, así como los nombres de las personas
- Se encuentran desubicadas en su propio hogar
- Tienen cada vez más dificultades para comunicarse
- Empiezan a necesitar ayuda con el aseo y el cuidado personal
- Sufren cambios de comportamiento, por ejemplo, dan vueltas por la casa o repiten las mismas preguntas
Etapa tardía: en la última etapa de la enfermedad, la dependencia y la inactividad son casi totales. Las alteraciones de la memoria son graves y los síntomas y signos físicos se hacen más evidentes. Los síntomas incluyen:
- Una creciente desubicación en el tiempo y en el espacio
- Dificultades para reconocer a familiares y amigos
- Una necesidad cada vez mayor de ayuda para el cuidado personal
- Dificultades para caminar
- Alteraciones del comportamiento que pueden exacerbarse y desembocar en agresiones
No existe ningún tratamiento para curar la demencia o revertir su evolución progresiva; sin embargo existen, numerosas intervenciones que se pueden ofrecer apoyo tanto a las personas con demencia como a sus cuidadores y familias.
La salud metal y el bienestar emocional tienen la misma importancia en esta edad y en cualquier otra etapa de la vida; de ahí que sea prioritario identificar a tiempo cualquier signo de demencia en el adulto mayor, de manera que se le pueda brindar el tratamiento oportuno y se retrase el proceso para que logre tener una mejor calidad de vida.