El ronquido es un problema muy frecuente. En algún momento de la vida adulta un 50% de los hombres roncan y un 30% de las mujeres también, en los niños el problema no es menos importante.
Se calcula que un 12% de los niños roncan, de ellos un 10% son roncadores simples y un 2% tienen un Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño.
Denominamos ”Apnea” al cese de la respiración durante 10 o más segundos, mientras que la ”Hipopnea” consiste en la disminución de la ventilación en un 50% o más, sin su anulación completa, pero con consecuencias clínicas similares a la apnea.
En los niños la máxima incidencia del ronquido y el síndrome de apnea obstructiva del sueño se da entre los 2 y los 6 años, debido a una mayor frecuencia de hiperplasia de las adenoides o vegetaciones y las amígdalas faríngeas en este periodo.
Los roncadores simples pueden presentar clínicamente una hipertrofia aislada de adenoides o se puede asociar a una hipertrofia amigdalar.
En la edad infantil, no existen diferencias relevantes en cuanto al sexo, ya que los niños o las niñas roncan por igual.
Los síntomas más frecuentes pueden dividirse en síntomas nocturnos cómo:
- Ronquidos
- Apneas
- Microdespertares
- Posturas anómalas
- Pesadillas
- Terrores nocturnos, sudoración nocturna
- Incontinencia urinaria (enuresis nocturna.
Y síntomas diurnos:
- Respiración bucal
- Voz nasal
- Retraso en el crecimiento
- Somnolencia o hiperactividad
- Bajo rendimiento escolar
- Otitis de repetición
- Cefaleas frecuentes
- Disminución del coeficiente intelectual.
La causa más frecuente de los ronquidos en el niño es la hipertrofia adenoamigdalar, es decir el aumento de los adenoides y de las amígdalas. Los niños roncadores habitualmente presentan un antecedente de los padres.
Los niños que roncan (roncadores simples), tienen un riesgo dos veces superior de padecer un síndrome de hiperactividad y déficit de atención. Este riesgo se eleva al triple en los niños menores de ocho años.
Otras alteraciones frecuentes son la conducta agresiva y rebelde, la timidez patológica y el fracaso escolar.
La cirugía de los adenoides y/o de las amígdalas, según sea el caso es la opción quirúrgica y se diagnostica con un examen físico realizado por un Otorrinolaringólogo y otros exámenes con radiografías y/o endoscopía. En casos leves se maneja con medicamentos.
En la Clínica Santa Teresa tenemos el personal médico, exámenes complementarios e incluso disponemos de sala de operaciones para ayudar a resolver este tipo de problemas.
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