Una adecuada alimentación para la prevención de enfermedades crónicas

octubre 3, 2016

Ciertas enfermedades crónicas afectan cada vez más a nuestro país, como consecuencia de cambios en nuestra alimentación y nuestro estilo de vida.

Las enfermedades crónicas relacionadas con la alimentación, como la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades dentales, y la osteoporosis, son la primera causa de muerte en el mundo, y suponen una lacra para la sociedad.

La dieta y la nutrición son muy importantes para promover y mantener la buena salud a lo largo de toda la vida. Está bien establecida su función como factores determinantes de enfermedades no transmisibles crónicas.El organismo humano tiene una magnifica capacidad de resistencia y se adapta al ambiente que le rodea para vivir en armonía, puede llegar a tolerar una gran cantidad de agentes patógenos o tóxicos si el sistema inmunológico está fuerte. Sin embargo, la malnutrición por defecto o por exceso puede alterar este equilibrio.

Una de las causas de las enfermedades crónicas es la mala alimentación que se vive en la sociedad, para ello se debe incitar a las personas a visitar un nutricionista para que le prepare una dieta rica en proteínas, alimentos naturales, de vitaminas o minerales fundamentales para el metabolismo.

La alimentación actual, rica en alimentos de escasa calidad nutricional y elevada densidad calórica, no aporta una nutrición óptima que favorezca el estado de salud natural del organismo

Consejos para la confección de menús saludables

  • Incluir gran variedad de alimentos, pero no en grandes cantidades.
  • Variar al máximo el tipo de alimentos dentro de cada grupo (distintas verduras, frutas, pescado blanco-azul, etc).
  • Respetar los horarios de comidas y no saltarse ninguna.
  • Moderar el consumo de grasas de origen animal (grasas saturadas que tienden a aumentar el colesterol)
  • Incluir cada día cantidad suficiente de cereales como el pan.
  • Distribuir la alimentación en tres comidas principales (desayuno, comida y cena) e incluir alguna colación a media mañana o como merienda, adaptar según horarios y necesidades particulares.
  • Tomar, cuando menos, dos piezas diarias de fruta al día, procurando incluir algún cítrico (naranja, limón, mandarina…).