Año: 2017

enero 9, 2017

El Pie Plano es una deformación caracterizada por la desaparición del arco del pie, de manera que para andar se apoya toda la planta en el suelo,  este padecimiento se presenta, usualmente en los  niños.

Esto se debe a que entre los 2 y 3 años de edad, los tejidos del pie se tensan formando un arco que en la mayoría de las personas se forma; sin embargo en otras no. Cuando esto ocurre se recomienda llevarlo a un especialista, porque podría tratarse de un pie plano.

La mayoría de personas con pies planos no sienten dolor ni mayores problemas; sin embargo en el caso de niños, si presentan dolor en el pie, el tobillo o la parte inferior de la pierna deben ser evaluados por un médico.

Por su parte, en los adultos se pueden presentar síntomas de pies arqueados o cansados por estar largos períodos de pie o practicando algún deporte.

Tratamientos

Algunas causas de pies planos dolorosos se pueden tratar sin cirugía; sin embargo si estos no funcionan, la cirugía puede ser necesaria para aliviar el dolor en algunos casos.

El tratamiento del pie plano puede ser un poco polémico debido a que unos especialistas abogan por un tratamiento conservador como son los ejercicios, con los cuales se trabajan la parte activa y correctiva de la afectación y las plantillas ortopédicas. Mientras que otros prefieren un tratamiento no convencional como la cirugía.

En la experiencia del consultorio, aproximadamente el 80% de los casos de pie plano, se resuelve con el tratamiento de ejercicios e inclusive hay casos dónde los pacientes llegan a ser atletas, pese a que tienen ese padecimiento.

El 20% restante requieren de cirugía, pero para estos casos sólo el especialista puede determinar si es necesaria la intervención quirúrgica. La cirugía a menudo mejora el dolor y la funcionalidad del pie.

Por lo tanto, los padres deben estar atentos a si su hijo experimenta un dolor constante en el pie o en la parte baja de la pierna, porque podría tratarse de un problema de pie plano y debe ser valorado por un especialista .

enero 4, 2017

La Cirugía Pexia Testicular se realiza en los casos en que los testículos no han bajado hasta la posición correcta en el escroto.

Cuando el bebé nace los testículos deben haber descendido al escroto; sin embargo a algunos niños uno o los dos testículos no bajan a su posición adecuada, por lo que en estos casos se da tiempo a su primer año de vida y sino descienden naturalmente deben ser intervenidos quirurgicamente.

La Cirugía Pexia Testicular consiste en una pequeña incisión (corte) en el área superior de la pierna ( ingle), dónde en la mayoría de casos se alojan los testículos no descendidos. Luego se moverá suavemente el testículo del niño hacia dentro del escroto. La operación dura aproximadamente una hora por testículo.

Como usualmente la operación es ambulatoria, el niño sólo requerirá unas horas para despertar de la cirugía y volver a casa.

Cuidados después de la operación

Después de la operación, es probable que el niño sienta dolor en la ingle, se le puede dar algún medicamento que el doctor le haya preescrito.

Los niños mayores usualmente indican si sienten dolor, pero con los más pequeños hay que deducirlo, por eso  preste atención a los siguientes signos:

  • Gran irritabilidad
  • Transpiración acentuada
  • Coloración pálida de la piel
  • Rehusarse a caminar o dificultad para caminar
  • Comportamiento inusualmente tranquilo

Es posible que estas molestias se den en los primeros días posterior a la operación, porque el escroto del niño está hinchado y amoratado; pero pocos días después debe quitarse la molestia, si esto no ocurre y  su niño alguno de estos signos, preste atención:

  • aumento del dolor en la línea de incisión
  • enrojecimiento de la línea de incisión
  • tumefacción o hinchazón en la línea de incisión
  • secreción líquida en la línea de incisión
  • fiebre de más de 38,5 °C
  • vómitos
  • dolor de estómago
  • pérdida del apetito
  • cansancio o falta de energía

Si su niño tiene uno o más de estos signos es mejor consultar al pediatra, debido a que puede tratarse de una infección en la herida.

 

 

 

enero 3, 2017

La Lipólisis Química es un procedimiento médico estético que consistente en la aplicación inyectada de una sustancia química con efecto lipolitico denominada Fosfatidil Colina. Esta disuelve los depósitos de grasa localizada.

Es ideal para las áreas del cuerpo que no responden a las dietas y el ejercicio, como por ejemplo el abdomen, las caderas, la cintura, los muslos, la preaxila y la espalda. Aunque también puede utilizarse en otras partes dónde también se acumula grasa como debajo de los ojos y la barbilla.

Esta técnica no es un tratamiento para perder peso, sino para reducir medidas en las áreas difíciles, es decir, lo que se pierden son pequeños o moderados depósitos de grasa subcutánea.

¿Cómo trabaja?

La Lipólisis Química logra la destrucción de las células grasas y acelerar el metabolismo de las zonas tratadas. Una vez aplicado el tratamiento la grasa se disuelve y se vuelve líquida, por lo que el cuerpo la desecha después por medio de la orina o las heces.

La duración del tratamiento es variable, porque depende de la respuesta del paciente al procedimiento; sin embargo en general pueden ser necesarias de 4 sesiones, una por semana.

Las áreas del cuerpo dónde es permitido el tratamiento son: abdomen, cintura, flancos, caderas, infraglúteos, parte interna de muslos y rodillas, infraescapular, preaxilar y parte interna de brazos.

Las contraindicaciones para esta técnica son: niños, embarazadas, lactantes y diabéticos con microangiopatía.

Para una mejor respuesta al tratamiento se recomienda una dieta ligera y tomar abundantes líquidos durante el día del tratamiento y posteriormente.

Los resultados se pueden ver transcurrida la primera semana (si la inflamación ha desaparecido), con pérdidas de 0,5 a 2 cm de contorno por sesión. La mayoría de los pacientes responden bien al tratamiento; sin embargo los resultados finales se ven de 2 ó 3 semanas después de la última sesión, que es cuando el edema habrá desaparecido totalmente.