La Lipólisis Química es un procedimiento médico estético que consistente en la aplicación inyectada de una sustancia química con efecto lipolitico denominada Fosfatidil Colina. Esta disuelve los depósitos de grasa localizada.
Es ideal para las áreas del cuerpo que no responden a las dietas y el ejercicio, como por ejemplo el abdomen, las caderas, la cintura, los muslos, la preaxila y la espalda. Aunque también puede utilizarse en otras partes dónde también se acumula grasa como debajo de los ojos y la barbilla.
Esta técnica no es un tratamiento para perder peso, sino para reducir medidas en las áreas difíciles, es decir, lo que se pierden son pequeños o moderados depósitos de grasa subcutánea.
¿Cómo trabaja?
La Lipólisis Química logra la destrucción de las células grasas y acelerar el metabolismo de las zonas tratadas. Una vez aplicado el tratamiento la grasa se disuelve y se vuelve líquida, por lo que el cuerpo la desecha después por medio de la orina o las heces.
La duración del tratamiento es variable, porque depende de la respuesta del paciente al procedimiento; sin embargo en general pueden ser necesarias de 4 sesiones, una por semana.
Las áreas del cuerpo dónde es permitido el tratamiento son: abdomen, cintura, flancos, caderas, infraglúteos, parte interna de muslos y rodillas, infraescapular, preaxilar y parte interna de brazos.
Las contraindicaciones para esta técnica son: niños, embarazadas, lactantes y diabéticos con microangiopatía.
Para una mejor respuesta al tratamiento se recomienda una dieta ligera y tomar abundantes líquidos durante el día del tratamiento y posteriormente.
Los resultados se pueden ver transcurrida la primera semana (si la inflamación ha desaparecido), con pérdidas de 0,5 a 2 cm de contorno por sesión. La mayoría de los pacientes responden bien al tratamiento; sin embargo los resultados finales se ven de 2 ó 3 semanas después de la última sesión, que es cuando el edema habrá desaparecido totalmente.