La Tuberculina es una prueba sencilla para detectar si una persona tiene tuberculosis. En ella se evidencia si nuestro sistema inmune ha estado en contacto alguna vez con el bacilo tuberculoso.
Existen varios motivos por los que se realiza la prueba, algunos de estos son:
- Sospecha clínica de tuberculosis (tos crónica, expectoración con sangre, etc.)
- Contacto con persona con tuberculosis conocida. Se considera contacto estrecho si hay “convivencia” con esa persona en un recinto cerrado durante al menos 6 horas al día durante al menos un mes. Este contacto supone el mayor riesgo de contagio.
- Personas que vienen de países o zonas con alta prevalencia de tuberculosis.
- Personas que viven en ambientes marginales o socioeconómicos precarios.
- Hijos de padres adictos a drogas por vía parenteral o VIH (virus del SIDA) positivos.
- Personas con inmunodeficiencias celulares (VIH u otras). En éstos se realizará periódicamente (cada 1 o 2 años) si la prueba es negativa.
Después de realizada la prueba, la zona de inyección no debe tocarse (no frotar, ni rascar, ni aplicar cremas ni sustancias irritantes). Se puede lavar y secar de forma suave si es necesario.
La prueba debe ser examinada a las 48 o 72 horas por un médico o enfermera. En general, se considera positiva la prueba si la induración es mayor o igual a 5 mm de diámetro o presenta erosión o vesículas en su interior. Las circunstancias personales de cada uno modificarán la interpretación de la prueba y se podrán considerar positivos valores menores.
Hay que tener en cuenta que hay un periodo ventana en el que la prueba puede ser negativa. Este periodo es de unas 2-8 semanas tras el contagio.
- Prueba negativa (induración entre 0 y 4 mm): significa que no ha habido contacto previo con bacilo tuberculoso.
- Prueba positiva (induración mayor o igual a 5 mm): significa que ha habido un contacto previo con bacilo tuberculoso. Si antes se realizaron otras pruebas de tuberculina, habrá que considerar el tiempo que ha pasado.
Si la prueba es positiva es necesario el estudio de extensión de enfermedad. Para ello, se tendrán en cuenta las características clínicas y epidemiológicas de la persona.
Es importante tener en cuenta que la prueba de la tuberculina positiva dura toda la vida. No hay que repetir la prueba nunca más si ha sido positiva.