Los exámenes de Laboratorio de rutina deben realizarse al menos una vez al año, debido a que estos permiten conocer el estado de salud del paciente; lo cual ayuda a diagnosticar ciertas patologías, brindar el tratamiento adecuado y/o darle el seguimiento respectivo.
Las personas de todas las edades necesitan realizarse estos exámenes preventivos con regularidad. Los especialistas afirman en que es posible lograr un diagnóstico certero en las primeras etapas de un padecimiento, gracias a estas pruebas.
De un buen examen de laboratorio depende la precisión y confiabilidad de sus resultados, los cuales serán la base para determinar el tipo de tratamiento para el paciente. Estas pruebas tienen 3 pasos: toma de muestras, análisis de las muestras y entrega de resultados .
Los análisis usan un rango de valores que se considera normal; sin embargo puede variar de una persona a otra, debido a que los afectan muchos factores como: sexo, edad, raza, lo que come y bebe, las medicinas que toma y el seguimiento de las instrucciones antes del análisis.
Los exámenes de laboratorio por lo general, se realizan por venopunción que es una forma un poco invasiva de obtener células y fluido extracelular (plasma) del cuerpo para el análisis.
La sangre fluye a través del cuerpo proporcionando oxígeno y nutrientes, y a su vez retirando residuos y llevándolos a los sistemas excretorios para su eliminación, el estado de la circulación sanguínea es afectada, por muchas condiciones médicas. Por esto, los exámenes de sangre son los más comunes exámenes médicos realizados.
De una forma mas detallada, las pruebas de laboratorio se utilizan para:
Descubrir enfermedades en etapas tempranas
Ratificar un diagnostico sospechado
Obtener información sobre el pronóstico de una enfermedad
Establecer un diagnóstico basado en una sospecha bien definida
Vigilar un tratamiento o conocer una determinada respuesta terapéutica
Precisar factores de riesgo