Las hernias umbilicales en los bebés primaria es una protuberancia que se forma en el abdomen del bebé luego del parto del mismo, normalmente los padres pueden detectarlo mediante la observación de un bulto generado debido a que una parte de la pared intestinal del recién nacido es expulsada en el abdomen del niño o niña.
Hernias umbilicales en los bebés.
Estas hernias son generadas debido a que los músculos del cordón umbilical del feto no se unen correctamente quedando la zona abierta, por lo que la pared abdominal (ubicada detrás de estos músculos) queda totalmente desprotegida y es cuando algunas capas abdominales y órganos pueden exponerse de tal manera que provocan hernias umbilicales en los bebés. Esta hernia es totalmente móvil y blanda, de tal manera que podemos presionarla hacia adentro y cuando el bebé llora parece aumentar su tamaño.
Este tipo de hernias es muy frecuente, por lo que seguro la has visto en bebés de familiares o amigos, inclusive, puesto que tiende a generarse en al menos el 20% de los recién nacidos. Estas hernias no son iguales, su tamaño varía, aunque lo más grande que pueden llegar a ser se es del tamaño de una pelota de ping-pong. Cabe destacar que estas hernias a los bebés no les duelen, ni les molestan, por lo que no requieren intervención inmediata puesto a que puede inclusive resolverse durante el crecimiento del bebé.
Las intervenciones para tratar hernias umbilicales en los bebés primaria están recomendadas a partir de los 4 años, aunque puede llevarse a cabo antes, si la misma es excesivamente grande o estrangula el intestino del niño donde sí se corre verdaderamente peligroso para la salud. Los síntomas presentados cuando es verdaderamente necesaria una intervención quirúrgica de urgencia son cuando vemos irritación y dolor abdominal intenso, el bebé suele llorar mucho durante estos casos, inflamación o endurecimiento de la hernia. En algunos casos es posible el cambio de color de la hernia.
La intervención está normalmente planteada a los 4 años, ya que para ella se amerita anestesia y es mejor controlada a partir de esta edad por lo que, el riesgo a errores es mucho menor que cuando el paciente es más niño. Luego de estar anestesiado se procede a realizarle una mínima incisión en el abdomen (exactamente debajo del ombligo) para así, volver a introducir la parte abdominal expuesta.
En algunos casos se puede encontrar (normalmente en intervenciones de urgencia) con que parte del intestino se ha atrofiado, por lo que, esa parte se corta para que así el niño cuente con un intestino completamente saludable, al final de la cirugía se cierran los músculos abdominales suturándolos para evitar que se produzca una nueva hernia y seguido a ello se sutura la piel.
El segundo método con el cual se puede tratar esta problemática, es con laparoscopía, que consiste en realizar un mínimo corte para de esa manera introducir un tubo realmente delgado (para algunos casos lleva más de un solo corte, ya que aparte del tubo se hace necesario otro instrumento) con el que se va trabajando internamente desde el exterior, este método beneficia al paciente con una cicatriz menos notoria.
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