Las Pruebas Metabólicas constituyen un grupo de exámenes de sangre que brindan una panorama general del metabolismo y el equilibrio químico del cuerpo. El metabolismo corresponde a todos los procesos químicos y físicos en el cuerpo que usan energía.
Estas pruebas se realizan en niños y adultos, a este último se le realizan 4 pruebas: la glucosa, función renal, electrolitos y perfil hepático.
La prueba de glucosa mide la cantidad de azúcar, también llamada glucosa, en muestra de sangre. La glucosa es una importante fuente de energía para la mayoría de las células del cuerpo, incluyendo las del cerebro.
Los examenes de la función renal son exámenes que se solicitan para evaluar qué tan bien están funcionando los riñones. Estos miden:
- BUN (Nitrógeno ureico en sangre)
- Creatinina en sangre
- Depuración de la creatinina
- Creatinina en orina
Por otro lado, los electrolitos son minerales presentes en la sangre y otros líquidos corporales que llevan una carga eléctrica. Los mas comunes son: Calcio, Cloruro, Magnesio, Fósforo, Potasio y Sodio.
Los electrólitos afectan cómo funciona nuestro cuerpo en muchas maneras, por ejemplo:
- La cantidad de agua en el cuerpo
- La acidez de la sangre (el pH)
- La actividad muscular
- Otros procesos importantes
Estos se pierden al sudar y no se reponen con agua, por lo que se debe buscar bebidas que los contengan.
Por su parte, el perfil hepático o hepatograma es básicamente un análisis de sangre, diseñado específicamente para evaluar si el hígado funciona o no correctamente.
Por medio de esta prueba se pueden diagnosticar enfermedades hepáticas que son originadas por patologías en otras partes del organismo; así como también controlar la función hepática en pacientes que siguen tratamientos con medicamentos que son hepatotóxicos.
La preparación para las pruebas metabólicas es muy simple, no se debe ingerir alimentos, ni bebidas al menos 8 horas antes de realizarse el exámen.